Ángel
Ciro Guerrero
“Gobernador, ¿cómo está, cómo le ha ido? Yo soy Jesús
Eduardo Pérez Carrero, estoy criando conejos. Vivo aquí en La Azulita, un
pueblo muy bonito, ¿verdad? Y también de gente trabajadora como yo. Estudio y
trabajo porque quiero ser alguien en la vida. Me falta mucho, lo sé, pero desde
ya estoy preparándome. ¿Cómo le parece la Feria? ¿Bonita, verdad? Mire, aquí
está pura gente buena. Pase y vea…”.
En sus manitas el inmenso sombrero pelo e guama, daba
vueltas. El gobernador le escuchó atenta y respetuosamente. Un ambiente de
seriedad generalizada envolvía la singular escena. El niño, porque recién
cumplió los ocho años, y pasó con calificación excelente del tercero al cuarto
grado, miraba al hombre con profundidad. Se apreciaba. Habló despacio. Palabra
una, palabra dos, palabra tres, para componer la oración perfecta, de modo que
la intención fuese entendida como solicitud.
Su corta edad para él “no es impedimento, señor
gobernador, porque respaldarán lo que yo quiero mis dos mejores socios: papá y
el abuelo”, aclaró, con decisión el niño, que ya había acaparado la atención de
expositores y observadores que, felices todos, se concentraron el jueves 14 de
noviembre a un costado de la Plaza Bolívar de La Azulita, para mostrar y vender
los variados productos elaborados por casi un centenar de emprendedores del Municipio Andrés Bello,
en ocasión de la II Feria-Exposición de Emprendedores, organizada por el
Gobierno Regional que preside Ramón Guevara Jaimes.
Jesús Eduardo, llevó al mandatario al pequeño stand
donde, en cuidadas jaulas, el emprendedor más joven del mundo, mantenía a la
vista una gran coneja blanca, recién parida, a sus seis crías; a cuatro
ejemplares, blancos, grises, de tamaño mediano, con sus inmensas orejas
saliéndoseles por entre los barrotes de acero recubierto de alcohadizo
plástico, mirando nerviosos a quienes desde afuera les miraban con mucha
curiosidad.
“Véalos, gobernador. ¿Verdad que son bonitos, que están
bien cuidados y que mi sueño, de obtener un crédito suyo para ayudar a que se
multipliquen y yo venderlos, merece que usted lo convierta en realidad?”. Los atronadores
aplausos casi acallaron su pedimento. El gobernador, por respuesta, le dio un
sólido y paternal abrazo.
“Le repito, gobernador, por mi edad no se preocupe. Yo
sabré responder pero, en todo caso, ahí están mis dos socios. ¡Ah, y mi hermano
mayor, también!” Todos sonreímos, satisfechos. Rafael Araque, presidente de
Inde-Rural y Homero Lobo, presidente del Fondes entendieron a la perfección la
señal impartida por Ramón Guevara, el gobernador.
Los “socios” del jovencito fueron inmediatamente
contactados.
La Feria-Exposición resultó todo un éxito. Al final de la
tarde, se había vendido más de un 80 por ciento de lo expuesto, y celebrado
acuerdos de cooperación, mancomunidad de propósitos e igualmente la
confirmación entre autoridades para celebrar con renovado entusiasmo la III en
noviembre del 2020. Los pactos se sellaron, palabra de honor por delante,
teniendo al frente la inmensa mole de cemento gris que edifica una de las
iglesias católicas más hermosas de Venezsuela y del continente. La figura,
blanca, de La Inmaculada, patrona de la ciudad bien llamada “El Balcón de Los
Andes”, atestiguaba el compromiso.
El gobernador, en sencillas palabras, felicitó a los
expositores y comprometió toda su ayuda y respaldo a quienes, a pulso, “vienen
construyendo, como pilares de la economía regional, y en medio de la grave
crisis que todos atravesamos, la recuperación de la economía local y regional.
El ejemplo de Jesús Eduardo, nos sirve de acicate para garantizar que no
cejaremos en buscar toda ayuda para que los emprendedores como ustedes cuenten
con mi gobierno que, con la fuerza del pueblo, trabaja por la recuperación
integral de nuestro estado”.
A las cinco de la tarde, los reconocidos cantantes de
música llanera, Augusto Ortega y Richard Urbina amenizaron la fiesta. Sebastián
Urbina, de quince años, a quien llaman “el palomo” deleitó a la audiencia con
varias canciones, pero rancheras, con extraordinario éxito. La interpretación
de “Tus quince primaveras” provocó, hay que decirlo, algunas lágrimas obligadas
por muchos recuerdos.
Jesús Eduardo, feliz, sacó a bailar a la presidenta del
Instituto Autónomo de Bibliotecas Estadales. Thais Roa. La dama, de destacada
estatura, le secundó el excelente zapateo del ya experto bailarín que aún no
supera los 50 centímetros.
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