martes, 1 de septiembre de 2020

Efectivo protocolo para pacientes con COVID-19 aplican en el Iahula

 Basado en grados de severidad de la persona infectada

 

El consenso de un grupo de expertos ha permitido dar respuesta a los pacientes positivos a este nuevo virus, para el cual aún no hay un tratamiento que garantice su cura por completo y con rapidez

 

Mérida, septiembre 01 (Prensa OCI).- El COVID-19 se comporta como una ruleta rusa y hasta ahora, ante la falta de tratamiento específico para su cura o vacuna para evitar su contagio, el no enfermarse es la mejor medicación. La disciplina para acatar la cuarentena social y cumplir con las medidas de prevención, es lo que le permitirá a cada ciudadano evitar el contagio.

 

Así lo considera el doctor Akbar Fuenmayor, pediatra intensivista que labora en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula) e integra el Comité para la Atención del COVID-19, quien reiteró para conocimiento de la ciudadanía que no hay hasta el momento un tratamiento efectivo al cien por ciento que cure esta enfermedad; la mayoría de los medicamentos que se aplican están destinados a detener o aminorar la evolución letal del Coronavirus.

 

“Es impredecible quién va a morir por COVID o quién no, quién va a desarrollar una enfermedad grave o quién la va a pasar como una gripe común y corriente”, dijo.

 


En Venezuela, de acuerdo con estudios realizados sobre el comportamiento del virus, el factor de reproducción es de 1.6, es decir, que por cada 100 personas enfermas se contagiarán otras 160 personas, uno de los índices más altos de Latinoamérica en los actuales momentos.

 

Protocolo

 

La llegada de esta enfermedad sorprendió a todos. La comunidad científica internacional ha tenido que hacer un enorme esfuerzo para conocer rápidamente a este nuevo enemigo de la salud pública mundial. La experiencia de virólogos y epidemiólogos por inferencia de otras pandemias  y de otros coronavirus ha permitido avanzar, pese a que este virus se comporta de manera distinta y peculiar.

 

Es así como ante la presencia del COVID-19 en Venezuela y basados en las experiencias de otros países, un grupo de médicos especialistas merideñosen el hospital universitario, entre ellos epidemiólogos, neumólogos, intensivistas, pediatras, internistas, obstetras y otros especialistas  involucrados en el manejo de la pandemia, se congregaron en el Comité para la Atención del COVID del Iahula con el objetivo de analizar los tratamientos disponibles y organizar un protocolo terapéutico según la gravedad de los casos, explicó Fuenmayor.

 


Hasta ahora hay solo dos tratamientos que han resistido los embates de la evaluación, un antiviral denominado Remdesivir y un esteroide anti-inflamatorio, la Dexametasona.

 

El bloque de medicamentos que se aplican como protocolo para combatir la enfermedad incluye: antivirales contra el virus SARS-CoV2como el Remdesivir, el cual es utilizado también para tratar el ébola, la Azitromicina, Ivermectina y Doxiciclina con acción antiviral hipotética; los medicamentos que modulan la inflamación como la Dexametasona y Tocilizumab; los antitrombóticos que se administran a estos pacientes para evitar que el virus provoque trombos en los vasos, pues éste parece ser uno de los mecanismos más importantes de muerte.

 

“El protocolo planteó una modalidad de tratamiento basado en grados de severidad. En los casos moderados se aplica un grupo de medicamentos y en los casos graves todos los medicamentos; los planteamos por fases debido a la disponibilidad”, precisó.

 

Explicó el doctor Akbar Fuenmayor que los pacientes asintomáticos con factores de riesgo como hipertensión o diabetes reciben el mismo tratamiento que un paciente sintomático, por tener mayores probabilidades de complicaciones.

 

Cualquier persona que tenga un tratamiento previo por alguna patología que presente, como diabetes, hipertensión o hiperlipidemia, debe continuar tomándolo.

 

“El paciente se estratifica de acuerdo a los riesgos que presenta y en base a eso se le aplica tratamiento, pero cualquiera que tenga un tratamiento previo no lo debe suspender. Debe seguirlo porque si su enfermedad crónica se descompensa tiene más probabilidades de que le vaya mal con el COVID”, expresó el doctor Fuenmayor.

 

Ese tratamiento que vienen empleando los médicos en el Iahula, se está aplicando en mayor o menor medida en la emergencia, porque depende de la disponibilidad del recurso.

 

En cuanto a la efectividad del tratamiento, el especialista precisó que hasta ahora lo han podido medir analizando las cifras de mortalidad de los pacientes de moderados a graves, más no de una manera científica, “porque para poder decir que un medicamento funciona tengo que tener un grupo control, es decir, un grupo al que no le doy tratamiento y otro al que si se lo doy, y eso no lo estamos haciendo porque el COVID-19 plantea una situación de vida o muerte, entonces lo aplicamos a todos los pacientes; el único dato que tenemos del resultado del tratamiento es el de mortalidad”, dijo.

 

Sin embargo, la cifra de recuperados es alentadora. Hasta el momento en el estado Mérida se ha recuperado el 43% del total de pacientes enfermos con COVID-19, equivalente a 405 personas de los 941 casos positivos reportados el pasado sábado 29 de agosto.

 

Con preocupación, el doctor Akbar Fuenmayor hizo referencia que aunque se cree que las personas de mayor riesgo son las de edad avanzada, hay personas de 30 años que mueren.

 

“Saquemos una cuenta simple, pues las estadísticas a veces son engañosas; en Venezuela hay cerca de 30 millones de personas. El 60% de la población se ubica entre 15 y 64 años, es decir, 18 millones de venezolanos. En otros países se ha estimado que el 60% de la población se contagiará con el virus causante de COVID-19. El 60% de 18 millones es 10,8 millones,si la mortalidad en este grupo de edad fuese sólo de 0,2%, estaríamos hablando de casi 22 mil muertes en personas jóvenes. Afortunadamente esto no ocurrirá porque el contagio se ha limitado gracias a las medidas preventivas adoptadas”, indicó.

 


En cuanto a la transmisión del virus, el integrante del Comité para Atención del COVID del Iahula explicó que siempre se pensó que la fuente mayoritaria de transmisión de este tipo de infecciones virales era por las manos, “pero no ocurre con este; por las manos es posible la transmisión, pero la más común es por los aerosoles”.

 

La disciplina es la clave

 

En cuanto al número de contagios en Venezuela, que a la fecha de realización de este reportaje (30 de agosto de 2020)era de45.868casos confirmados oficialmente, hay menos casos en comparación con otros países porque la población fue disciplinada al comienzo con la cuarentena y la movilidad se ha reducido, frenando así la propagación.

 

Elcálculo estimado por los especialistas esque la enfermedad alcanzará el pico más alto hacia mediados de septiembre,pero esa estimación tiene mucho margen de error porque el comportamiento de la pandemia dependerá las acciones de los ciudadanos, si cumplen o no con las medidas adoptadas por las autoridades. /Wendy Molero / Foto: William Muñoz

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