El director Ignacio Sandia mostró preocupación por la asignación presupuestaria
*** La deserción de médicos y enfermeras sigue en aumento. Temen que ante la posibilidad de no recibir presupuesto del Ministerio de Salud se pierdan los logros alcanzados durante el 2018
Con el apoyo del Gobierno regional, los aportes a través de donaciones y el de los familiares de los pacientes, el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula) ha podido alcanzar logros importantes. Uno de ellos ha sido incrementar el número de las intervenciones quirúrgicas.
Así lo hizo saber Ignacio Sandia, director del primer centro asistencial del estado Mérida, donde se atienden cinco estados y una población de 4 millones y medio, durante la rueda de prensa ofrecida la mañana de este miércoles.
Sandia destacó el apoyo dado por el gobernador Ramón Guevara durante el 2018, lo que permitió que se realizaran solo en el mes de diciembre 636 intervenciones quirúrgicas electivas además de atender las emergencias, gracias al trabajo constante.
Recordó el director del hospital que este centro asistencial llegó a estar en un “estado caótico, en la carraplana, con un solo ascensor, años que no se daba agua corriente a los pisos 7, 8 y 9, filtraciones en la planta física”, a lo cual se le dio solución.
Problema presupuestario
Muchos son los esfuerzos que se han hecho para mejorar los servicios quirúrgicos del hospital; sin embargo, la preocupación es muy grande en cuanto al tema presupuestario, indicó el doctor Sandia, ya que por el tipo de hospital deberían hacerse más de mil intervenciones al mes, pero en el Iahula no ha sido posible.
Aseguró que el problema presupuestario sigue estando presente y le preocupa, al igual que a la junta directiva del centro asistencial, cuál será el presupuesto que aportará el Ministerio del Poder Popular para la Salud al hospital.
“La responsabilidad ha sido cumplida por parte de la Gobernación de Mérida en la medida en que puede aportarnos a nosotros y en lo que le corresponde, pero el presupuesto que viene de Caracas no ha sido clarificado y va a generar problemas para la comunidad, el hospital necesita un presupuesto justo y todavía no lo tiene”, expresó Sandia.
Otra de las preocupaciones de la directiva del Iahula es el salario que devengan los médicos y la deserción del personal, incluyendo las enfermeras.
Precisó Sandia que el personal con el sueldo más alto, incluyendo guardias y redoblándose, son 11 mil bolívares correspondiente a un médico residente. “Es muy triste”, dijo.
Sandia considera que la comunidad debe entender que debe ayudarnos como lo ha estado haciendo y hay que reconocer que el Iahula ha estado abierto gracias a la solidaridad y comprensión de la comunidad.
“Estamos tratando de poner orden, fue un año donde hicimos una gran lucha para conseguir recursos y echar a andar al hospital; hay cosas estúpidas con respecto a la situación política que se manejan dentro del hospital, por eso es muy importante la actitud que ha tenido el gobernador Ramón Guevara, quien hizo un acuerdo con nosotros y la dirección del hospital saldrá de los médicos que estamos aquí. El manejo que se ha dado desde la gobernación ha sido el más acertado desde el punto de vista político”, sentenció.
Explicó que aún hay mucho por hacer en el Iahula, “queremos que se hagan las cosas”, por ello siguen trabajando para la mejora de los servicios básicos, que aun no se han terminado de resolver.
“Condenado a muerte”
Por su parte el doctor Akbar Fuenmayor, quien está al frente de la Unidad de Control y Gestión del Iahula, también mostró su preocupación por el presupuesto que recibirá el Iahula ese año para su funcionamiento ante la posibilidad que el mismo se le confíe solo a la Gobernación del estado.
“El Ministerio de Salud tiene una obligación con este hospital, no puede desentenderse y no puede confiar el presupuesto del hospital a la gobernación, y yo le pido a los merideños que estén muy atentos a eso, porque hay signos de alarma que eso podría ocurrir”, señaló Fuenmayor quien considera que si el ministerio elimina el presupuesto “termina de condenar a muerte” al Iahula.
Hasta ahora familiares y fundaciones han solventado los gastos que debe asumir el Estado, pero ya no se dan abasto ante los enormes gastos como antibióticos y material quirúrgico. “Tenemos un año sin alcohol porque no hay dinero para comprarlo”.
Para Fuenmayor sin presupuesto y pago adecuado habrá deserción y cierre de áreas. Dijo que la UCI está en peligro de cierre porque no hay médicos de relevo para el postgrado y eso es gravísimo, puede repetirse en otras áreas. Prensa OCI
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