viernes, 19 de octubre de 2018

Retrato de Rigoberto Henríquez Vera engalana el Salón de los Ilustres Merideños

El gobernador Ramón Guevara y la Academia de Mérida le rindieron homenaje
  
*** Esposa, hijos, nietos, amigos y compañeros del exgobernador Rigoberto Henríquez Vera estuvieron en la sesión solemne que movió las fibras de los presentes, quienes mantienen viva la esperanza de hacer cierta una Venezuela libre y de los venezolanos 
  
Rigoberto Henríquez Vera, el tovareño universal, quien, junto a otros iguales, como Alberto Carnevali y Antonio Pinto Salinas —mártires de la democracia—, combatió en todo escenario por la libertad y ganó un sitial en el establecimiento de la democracia, fue homenajeado la tarde de este miércoles por el gobernador del estado Mérida, Ramón Guevara, y los ilustres miembros de la Academia de Mérida.



Un retrato al óleo, pintado por el destacado artista José Gregorio Ramírez, fue donado y develado por la máxima autoridad civil de Mérida, Ramón Guevara, para engalanar desde hoy la Sala de los Ilustres Merideños, merecido reconocimiento que recibe este hombre que fue pilar de la democracia en Venezuela, en el marco de su natalicio.

En la sesión solemne celebrada en los espacios de la Casa de los Antiguos Gobernadores, estuvieron presentes el mandatario regional Ramón Guevara; miembros del tren ejecutivo; el presidente de la Academia de Mérida, Ricardo Gil Otaiza; integrantes de la junta directiva de la Academia, en compañía de María Cristina Consalvi de Henríquez, dos de sus hijos, Luisana y Leonardo Henríquez Consalvi, familiares y amigos.

Sin duda, Rigoberto Henríquez Vera ha sido uno de los hombres más notables de Mérida. “Cuánto le debemos y cuánto merece este hombre que fue bueno, leal, honesto, sincero; un venezolano de su tiempo comprometido con el futuro, traducido en dejarle a las generaciones siguientes una Venezuela sin tiranos, lanzada al porvenir, porque él vislumbraba como los hombres y mujeres que le acompañaron siempre, lo mejor para hacer cierta una Venezuela libre y de los venezolanos”.

Así rememoró Guevara a uno de los mejores protagonistas de la historia regional en su discurso, durante el homenaje que le brindaran los individuos de número de la Academia de Mérida.

Don Rigo, como se le conocía, luchó por el país en momentos difíciles, dándole a Mérida y Venezuela lo fundamental: el piso para la democracia. “Hoy me siento fiel intérprete para que vuelva a Venezuela ese ideario, ese criterio de democracia. Me siento comprometido a seguir en la lucha sin cuartel para la defensa de los pocos principios democráticos que nos quedan”, declaró.

Ciudad en deuda

Para Ricardo Gil Otaiza, presidente de la Academia de Mérida, en este momento de la historia cuando se vive un punto de inflexión de una crisis profunda, la figura de don Rigo se levanta en medio de las sombras para decirles a los ciudadanos, los académicos, al ama de casa, al hombre y a la mujer de a pie, que sí hay esperanza.

“El lidió dificultades, pasó por dos dictaduras, fue reducido a prisión, estuvo en clandestinidad y sufrió los rigores del exilio; sin embargo, nunca claudicó. Fue un hombre que siempre tuvo presente el principio de la libertad y lo enarboló como un estandarte permanentemente en cada una de sus acciones desde las distintas posiciones que le correspondió actuar”.

Ante los grandes aportes dados a la democracia venezolana, a Mérida y a su lar nativo, Tovar, Gil Otaiza considera que no solo la institución que representa sino la ciudad está en deuda con don Rigoberto Henríquez Vera.

Rescatar la entrega

José Manuel “Chachá” Quintero Strauss, quien fue el conector entre las instituciones y la familia Henríquez Consalvi para materializar este sentido homenaje, recordó algunas de sus vivencias junto a don Rigo, reafirmando la importancia de rescatar el su legado.

Uno de los valores rescatable del legado de don Rigoberto Henríquez Vera es la entrega que tuvo, sin miramientos; la entrega que tuvo de luchar por una auténtica democracia, por la libertad. Desde que tenía 21 años de edad ya militaba en la lucha política desde la clandestinidad. Fue expulsado dos veces del país y dos veces regresó a luchar contra la dictadura de Pérez Jiménez,

“Ese es el legado al que nos hemos comprometido hoy, en esta institución, no solo a rescatarlo sino a luchar con las hachas, con las garras, con los dientes, porque Venezuela merece que al igual que este hombre, luchemos nosotros también por la libertad”, expresó “Chachá” Quintero.

La civilidad de don Rigo

Leonardo Henríquez Consalvi, uno de los cuatro herederos de la riqueza espiritual de don Rigo, dijo sentirse honrado con el reconocimiento a su padre. Mostró su preocupación por el rescate de la ciudad, para hacerle honor a Rigoberto Henríquez Vera “y que su legado nos aliente a salir de este accidente histórico. Si algún legado deja a Mérida y a Venezuela es la civilidad de don Rigo, el amor a lo civil”.

Eduardo Henríquez, nieto de Rigoberto Henríquez Vera, se sintió complacido con el homenaje y agradeció a las autoridades la deferencia. “Es muy bonito todo lo que hicieron, mi abuelo se lo merecía”. /Prensa OCI /Fotos: Carlos Hernández

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